La escudería Ferrari ha conseguido el doblete en el Gran Premio de España con el finlandés Kimi Raikkonen y el brasileño Felipe Massa en una carrera en la que el motor traicionó al español Fernando Alonso (Renault) cuando marchaba en quinta posición y estaba en condiciones de luchar por el podio.
Desde septiembre de 2006, en el Gran Premio de Italia disputado en el Autódromo Nacional de Monza, Fernando Alonso no sufría la rotura de un motor y ha tenido que ser en su Gran Premio en el que le ha traicionado el propulsor, cuando el coche había mejorado en otros aspectos.
En la salida, Fernando Alonso no podía con el Ferrari de Felipe Massa y perdía una posición, pero ni Raikkonen ni Massa, lograban marcharse con facilidad, mientras el español controlaba también sin problemas al británico Lewis Hamilton (Mclaren-Mercedes).
La primera sorpresa de la carrera llegó tras la parada para repostar de Fernando Alonso, en la vuelta dieciséis, ya que solo tres después hacía lo mismo Felipe Massa, lo que indicaba que el español no iba tan descargado de gasolina como podía pensarse tras la sesión de clasificación y esto era un buen indicativo para el resto de la carrera.
En plena vorágine de paradas para repostar, en la vuelta 22, se producía el espectacular accidente del finlandés Heikki Kovalainen (McLaren-Mercedes), a la entrada de la curva Campsa, se le rompió la suspensión delantera izquierda y Kovalainen se empotró contra los neumáticos de protección y fue necesaria la intervención de una grúa para sacar el coche y atender al piloto.
El accidente en su mecánica fue idéntico al que sufrió la pasada temporada en Nurburgring en la sesión de clasificación Lewis Hamilton, al romperse en una curva rápida la suspensión delantera de la rueda de apoyo.
El impacto del piloto contra las protecciones se produjo a unos 250 Km/h y ante la posible gravedad del mismo, se neutralizó la carrera. Una vez sacado de entre los restos del coche y tendido en la camilla, Kovalainen levantó el dedo pulgar derecho, para indicar que no tenía lesiones graves y después de ser atendido en la clínica del circuito fue trasladado a un centro hospitalario, para un examen más amplio.
Tras la primera tanda de paradas, que se cobró una víctima por culpa de salida del coche de seguridad, el cierre de la calle de boxes y la necesidad imperiosa de repostar del alemán Nick Heidfeld (BMW), que fue sancionado con un paso por la calle de boxes que terminó por alejarle de los puntos, Fernando Alonso marchaba en quinta posición.
Pero en la vuelta 34, una después de cumplirse la mitad de carrera, comenzaba a salir un humo blanco de la parte trasera del Renault R28 de Alonso, que se apartaba de la pista y aparcaba el coche fuera con el motor roto, para desilusión de los 132.000 espectadores que había acudido a ver el Gran Premio de España y a Fernando Alonso.
El resto de la carrera ya tuvo poca historia, los Ferrari de Raikkonen y Massa, afianzados en el primer puesto y por detrás Lewis Hamilton, tratando de alcanzar a Massa para inquietarle, pero nunca lo logró.
Al final, Kimi Raikkonen cumplía con lo que ya es una tradición en este circuito, más que en ningún otro del mundial, y por octavo año consecutivo lograba imponerse el autor de la "pole", sumaba su 17 victoria en un Gran Premio y aumentaba su ventaja al frente del mundial que ahora es de nueve puntos